domingo, 26 de junio de 2011

ORSINI conspiracy 6

Esta tenacidad, dependiente de un estado del
initno que cada cual, con datos suficientes ó no,
con cultura científica ó sin ella para juzgar de problemas
morales tan complejos y con dotes ó sin
dotes de observador, cada cual la esplica i su manera,
la clasifica y rotula par* conocimiento del público
y satisfacción de la propia vanidad de observador.
Así, entre los comentaristas habia quien hablaba
de locura, quien de atrofia de sentimientos
dulces, quien de un caso de suicidio,etc., etc.
—Pallas—decían estos últimos—quiso suicidarse,
y en vez de hacerlo come esos suicidas obscuros
que apenas legran cuatro líneas en la gacetilla
de un periódico, ha querido hacerlo en circunstancias
excepcionales que le conquistasen celebridad,
aunque triste, en la historia. Apoyaban esta opinión
añadiendo que Pallas había intentado ya en
otra ocasión suicidarse arrojándose al mar, salvándose
por milagro; mientras otros decían que tam -
poco es un secreto que Pillas había manifestado
repetidas veces que el hombre que se siente con
energías bastantes debe realizar una acción por la
cu»l su nombre no quede olvidado; pero repetimos
que todo ello son impresiones y datos aislados,
tanto más sujetos á yerro cuanto qu« no ofrecen
más garantía que la fé que les quiera prestar cada
oyente ó lector.
Según manifestaciones hechas por personas que
tienen motivos para saberlo, es inexacto que Pallas
haya pertenecido al regimiento infantería de Asia.
Paulino Pallas se libró del servicio militar por
haber sacado un número alto.
D e s d e l a s 6 d e l a n o c h e á l a s 12
Después de la entrevista con su familia, quedó
Fallas tranquilo, aunque algo quebrantado por las
emociones que acababa de experimentar.
A las 6 y media de la tarde el reo pidió que se
'e sirviera algo para merendar.
Los hermanos de la Paz y Caridad le llevaron
una ración de salchichón y un panecillo.
Pillas, que no tenía mucho apetito, dejó gran
parte de la comida, comiendo sólo dos ó tres rodajas
de salchichón y un poco de pan.
Después de merendar se echó en la cama, sin
poder conciliar el sueño, donde permaneció hasta
i«s siete, hora en que se presentaron en la capilla
los jesuítas padres Larrua y Domenech, los cuales
un cuarto de hora antes, habian ido á aquel sitio
coa objeto de ver si lograban convencerle de que
se reconciliase con Dios.
Tampoco esta vez fueron más afortunados los
padres jesuítas, repitiendo Pallas que tenia el propósito
de morir sin confesión.
Los ministros del señor, se retiraron después
de dirigirle algunas amonestaciones, llevándose la
convicción de que era infructuoso cuanto se inten- ¡
tara á fin de que Pallas abjurase de sus convicciones
ateas.
Al cerrar la noche, la fortaleza de Montjuich
ofrecía un aspecto imponente. Sus lienzos de murallas
erizados de cañones se destacaban en las
sombras de la noche y en el patio de armas se veían
cruzar grupos de soldados y vibraban en el aire toques
de corneta y rumor de voces de mando.
A las 8 de la noche cenó el reo.
Los hermanos de la Paz y Caridad, le sirvieron
una sopa de caldo de gallina, dos tajadas de lomo,
un cuarto de pollo con tomate y salmonetes.
Pallas sólo provó la sopa y parte de una tajada
de ionio, dejando intacto el resto de los manjares.
El leo bebió luego una taza de café y una copa
de ron.
Pallá>, muy aficionado á fumar, consumió luego
un cigarrillo de papel.
El capellán del batallón de Alfonso XII reverendo
don Jsime Martorell visitó al reo, para ver
si lograba resultados más favorables que los padres
jesuítas, teniendo que retirarse también sin resultado.
Con el Padre Martorell entró también el juez
instructor señor Oaregón, entablándose entre los
tres uu animado diálogo acerca de cuestiones religiosas.
El señor Obregón dijo i Pallas que ya que no
quería confesarse dijese al menos que reconocía á
Jesucristo.
Palíss contestó que en su fuero interno respetaba
á Jesucristo como á un hombre superior y
que reconocía la moralidad de sus enseñanzas.
El reo recibió afectuosamente al reverendo
Martorell, aunque manifestándose siempre fuera
tíxi catolicismo.
A las once de la noche se acostó Pallas algo fatigado.
A esta hora reina en Montjuich un profundo
silencio, interrumpido sólo por los gritos de ¡alerta!
lanzados por los centinelas.
Pallas está echado en la cama y en el interior
de la capilla sólo se escuchan los pasos quedos de
Sos Hermanos de la Paz y Caridad encargados de
ia asistencia del reo.
Pallas antes de acostarse, para demostrar que
persistía tranquilo, pidió repetidas veces que un
médico le tomara el pulso, cosa que no consiguió,
causando extrañeza en los que saben que en casos
parecidos se acostumbra á pulsar varias veces A los
reos condenados á la última pena, mientras se na-
- lian estos en capilla.
Desde las 12 á las 6 de la madrugada
A ¡as ¡2 déla noche seguía acostado Pallas,
j i e n no había conseguido aun conciliar el sueño,
según manifestó, por la costumbre que tenía antes
<de estar preso de entregarse á la lectura de periódicos
y libros anarquistas hasta las dos de la madrugada,
y porque el café que tomó desvelóle tamh.
én algo.
Durante la noche de anteayer y la madrugada
de «yer se comunicó repetidas veces por teléfono
el gobernador militar del castillo de Montjuich
con las autoridades de la plaza, quizá sobre los detalles
de la ejecución y las precauciones que con
motivo de la misma pensaban adoptarse.
Las repetidas conferencias telefónicas dieron
pretexto á los optimistas á creer que se trataba del
indulto. El reo no creyó nunca en él, atribuyendo
al general Martínez Campos poder bastante para
conseguirlo, tomándolo con empeño.
Pallas manifestó repetidas veces que prefería
que le fusilaran á pasar toda su vida en las cuadras
de un presidio, aprendiendo lo que no quiere saber,
A las dos de la madrugada, Paulino Pallas, que
so había logrado aún dormir, permaneciendo en
wrs estado de sopor, cuando escuchó las campanadas
del reloj del castillo se incorporó del lecho y
«jclamó dirigiéndose á los que le asistían:
—Va *6\o me quedan siete horas de vidi.
Los padres jesuítas y el capellán del regimiento
«fe Alfonso XII, que permanecían á la puerta de la
tapill», no habían realizado nuevas gestiones para
que se reconciliase en vista de lo infructuoso de
«us esfuerzos.
Al preguntarle uno de los Hermanos si quería
que se celebrase la misa llamada de comunión,
respondió que hiciesen lo que juzgasen oportuno,
pero que él se reservaba el derecho de oiría en la
forma que estimase conveniente.
Por este motivo no se celebró la misa que se
acostumbra horas antes de ser ejecutados los reos.
A las tres y cuarto Paulino Pallas continuaba
desvelado.
Los padres jesuítas Domenech y Larrúa se despidieron
definitivamente del reo, renunciando á
exhortarle nuevamente.
A la ejecución, pues, no asistirá ningún sacerdote
para acompañar al reo y el entierro será puramente
civil, dándose sepultura á su cadáver en
el cementerio libre.
A las tres próximamente de la madrugada, tn
ocasión en que los periodistas que pasamos ia noche
en Montjuich nos hallábamos hablando con el
gobernador de la fortaleza, se oyeron dos detonaciones.
Entre los que se hallaban en vela se comentó
el hecho, y al paso que unos las creían originadas
por el disparo de arm* de fuego, otros opinaban
dado el ruido de la detonación que eran producidas
por petardos.
Los que opinaban lo primero aducían, en comprobación
de su aserto, que es muy frecuente á
altas horas de la noche oir disparos de arma de
fuego procedentes de los matuteros, que libran
muy á menudo escaramuzas con los empleados
del resguardo de consumos que vigilan en la línea
fiscal pars que no se introduzcan fraudulentamente
las especies de consumos.
Contribuyó á aumentar la creencia de que se
trataba de algo anómalo, el hecho de presentarse
á los poces momentos en el local donde nos hallábamos
reunidos un ayudante, el cual llamó al general
gobernador, que salió precipitadamente.
El gobernador del castillo no dio importancia
alguna al suceso, diciendo que ni siquiera habían
dado parte de él los centinelas de las avanzadas.
Pallas duerme
A las cuatro de la madrugada, Pailas, que no
había podido aun dormir, concilio al fin el sueño,
aunque con cierta intranquilidad que se notaba
en los frecuentes movimientos que hacía. Los hermanos
de la Paz y Caridad le velaban, tapándole
frecuentemente cada vez que «n uno de los movimientos
arrojaba al suelo la manta que le cubría.
A juzgar por las noticias facilitadas por los que
entran en la capilla, se notaba en el reo una ligera
excitación febril, que lo mismo puede ser causada
por la fatiga que por el decaimiento del ánimo.
Toque de diana
A las cinc» y cuarto oyóse en el castillo el toque
de diana.
Uno de los oficiales nos comunicó que iba á
bajar el puente y abrir el rastrillo, quedando así
rota la incomunicación de cerca de doce horas en
que hemos estado.
El silencio en que hasta entonces estuvo sumida
la fortaleza se vio interrumpido por los vibrantes
toques de corneta y por el ir y venir de soldados.
El patio de armas ofrecía el aspecto animado
de un vivac.
Al toque de diana despertóse el reo.
Pallas al advertir que era de día pidió un cuarto
de pollo con tomate, que no pudo comer por
más esfuerzos que hizo.
También piJió una taza de café que tomó mojándolo
con bizcochas. En el reo adviértese el
propósito de alimentarse para sostener sus fuerzas
en el terrible trance que le espera.
El reo se muestra aparentemente tranquilo.
A las 5 y media notáronse ya los preparativos
para la ejecución.
En la carretera que conduce á Montjuich se
escalonaron parejas del batallón cazadores de Alfonso
XII.
Al propio tiempo llegaba á Montjuich el regimiento
de lanceros de Borbón, que ha de situarse
en las inmediaciones del glacis donde ha de ejecutarse
la sentencia.
Estss fuerzas tienen por objeto impedir el acceso
de los curiosos al cuadro.
La ejecución debe verificarse en el glacis situado
ai pie de la Luneta de mar.
El reo, para ser conducido al lugar déla ejecución,
en vez de salir por la puerta principal del
castillo tomará un camino secreto, desde la Plaza
de armas, dirigiéndose á la Luneta de mar, que
está situada á la derecha de la carretera de Montjuich,
en la parte de Sans y á un cuarto de hora
de la puerta prircipal del castillo.
Escoltará al reo el piquete de infantería de Asia
que es ei que ha prestado guardia en la capilla,
acompañándole el mayor de la plaza, en representación
>iel gobernador miliui, ei juez instructor señor
Obregón y el capitán de ¡laves, el cual le
acompañará hasta la salida de la fortaleza.
El reo Pallas saldrá de la capilla á las 9 meóos
cuarto.
Del citado piquete se designarán ocho soldados
que son los que habrán de encargarse de ejecutar
la sentencia.
Las tropas determinarán el cuadro con tres lineas,
dt jando libre la cuarta donde se colocará al
reo para ser pasado por las armas.
El piquete del regimiento de Asia se situará
en la linea libre, disparando cuatro de los ocho
soldados á una señal hecha con el sable por el
jefe del piquete.
Come Pallas no ka querido admitir los auxilios
espirituales,se prescindirá de la formalidad de hacerle
rezar el credo.
Al reo se le fusilará de espaldas, y arrodillado
conforme se prescribe en la sentencia.
Si Pillas se resiste á arrodillarse, esta circunstancia
no será óbice porque se cumpla 1» sentencia.
Concurrirán al acto piquetes de infantería, caballería
y artillería de plaza, piquetes de la guardia
civil de á pié y de á caballo.
Mandará las fuerzas el general de división, don
Andrés González Muñoz, como oficial general de
día, teniendo á sus érdenes como jefe de Estado
Mayor al coronel don José García Navarro y al teniente
del expresado cuerpp don José Pelegrín.
A la hora en que escribimos estas lineas, siete
de la mañana, las fuerzas del ejército van ocupando
sus respectivas posiciones.
Estos son los detalles que acerca de la ejecución
se nos facilitaron en parte de antemano, y sacados
otros de la orden de la plaza.
Últimos momentos
Los Padres Domenech y Larrua fueron á despedirse
á las seis de Paulino Pallas, entrando únicamente
en la capilla el Padre Domenech, el cual
dirigiéndose á Pallas le dijo:
—Adiós hermano, sólo te restan tres horas de
existencia; dentro de breve plazo pasarás á mejor
vida y sabrás si tienes razón tu ó la tengo yo.
Pallas, que se hallaba dormido, volvió la cabeza,
exclamando, así que se hubo marchado el Padre
Domenech:
—¿Y para eso me ha despertado?
A las siete de la mañana visitaron i Pallas en la
capilla los diputados á Cortes señores Sol y Ortega,
Avila y Rodríguez y el escritor don Alberto
Llanas, con los cuales estuvo departiendo por espacio
de un cuarto de hora, defendiendo con gran
calor sus ideas.
Con los indicados señores diputados entraron
también en la capilla un primo y un cuñado del
reo.
Adolfo Pallas, hermano de Paulino, queda entrar
también en el castillo y despedirse per última
vez del reo, no siéndole permitida la entrada por
no llevar autorización; y por consejos del señor
Sol se retiró, entregando á este señor un lío de
ropa para que lo hiciera llegar á manos de Paulino.
El reo siguió, á partir de la indicada hora,
en igual estado de ánimo, aun cuando revelaba
en su semblante demacrado las huellas de aquellas
veinticuatro horas llenas de fatigas y emociones.
A las ocho menos cuarto pidió una copa de Jerez
con bizcochos, que le fue servida inmediatamente.
Pallas mojó un bizcocho en la copa, cuyo contenido
apuró de un sorbo.
A las nueve menos cuarto era sacado Pallas de
la capilla y conducido al lugar de la ejecución.
Desde que salió de la capilla hasta que llegó al
glacis donde fue fusilado, nada podemos decir,
pues el gobernador militar de Montjuich, señor
Fontseré, obedeciendo quizás órdenes superiores,
antes de que Pallas fuera sacado de la capilla,
obligó á los periodistas y á todos los paisanos que
se encontraban allí á que salieran de la fortaleza.
La ejecución
A las nueve menos diez minutes se presentaron
en el lugar de la ejecución el juez instructor
acompañado de su secretario señor Molas, con la
sentencia.
A las nueve menos cinco minutos se abrió 1*
puerta de la poterna del castillo, en la cual termina
el camino subterráneo que conduce al glacis,
salvó Pallas sin necesidad de auxilio el espacio
que separa la puerta de la poterna del sitio donde
debía ejecutársele.
Antes de llegar á él, desde un grupo de gente
que presenciaba á distancia la salida del reo, salieron
dos gritos de ¡viva la anarquía! y ¡viva la
dinamita!
Al oir estas voces aseguran algunos que se dibujó
una sonrisa en los labios del reo.
El incidente de los vivas dio lugar á unos momentos
de confusión entre el público que se agrupaba
al rededor del triple cordón formado en
torno del cuadro por fuerzas de caballería de Borbón,
de la guardia civil y de orden público, las
cuales cuidaban de mantener el público á distancia.
Parte del público huyó azorada al oir los gritos
y otra fné despejada por la guardia civil de á caballo
y por los agentes de policía.
A las nueve en punto, se oía la voz de fuego
dada por el capitán que mandaba el piquete de
Asia y simultáneamente una descarga, cayendo Pallas
en redondo al suelo, con el cuerpo y la cabeza
atravesados por las balas.
jDios le acoja en su senol
Un médico militar reconoció luego el cadáver,
que fue conducido á la fortaleza y desde allí en
uno de los coches de la Casa Provincial de Caridad
al cementerio nuevo, donde se le enterró
en el lugar destinado á los que mueren fuera de la
religión católica.
Acompañó el cadáver del reo hasta el cementerio
el inspector de vigilancia señor Pujol, con agentes
á sus órdenes.
En el trayecto de Montjuich al cementerio del
SO. se veían también parejas de policía.
El cadáver de Pallas fue entregado en el cementerio
á su familia.
A la ejecución de Pallas, acudió un público
que algunos calculan en unas cinco mil personas.
Los periodistas en Montjuich
Interrogando á los que salían de la capilla
Trabajando en la cantina
Aunque las figuras no tienen parecido, porque
el artista no se lo propuso, como no tenia para
qué proponérselo en un rápido apunte, suplicamos
al notabilísimo artista Rtmóa Casas que lo
tomara; y publicamos esos apuntes esclusivamente
para dar idea de las dificultades con que han tenido
que cumplir su misión los periodistas en
Montjuich.


Crónica en La Vanguardia. 8 de octubre de 1893

viernes, 24 de junio de 2011

ORSINI conspiracy 5

"Vida y muerte son inseparables. La una depende de la otra. Para vivir debemos matar; muriendo producimos nuevas vidas. La vida y la muerte son pues, funciones indeispensables de la Naturaleza, simples transformaciones de la materia (...) Matar a veces es santo. Cuando se mata para vivir, o para dar nueva vida. El hombre que mata a una fiera, el rebelde que mata a un tirano, el pensador que mata un prejuicio, matan para facilitar la vida. ¡Alabados sean!"
Suppplemento della Questione Socialle. 1900

jueves, 16 de junio de 2011

ORSINI conspiracy 4


“¡ACCIÓN...!
Si un lema debemos grabar en nuestra roja bandera de rebelión; si una
exclamación de rabia y de instigación debemos bramar a través de todos los
espacios; si una frase debemos percutir sonoramente sobre el yunque de la más
fiera realidad, esa debe ser únicamente, en este momento sombrío:
¡Acción...!
Y estamos en buena hora.
La marea alta de la reacción internacional no hace otra cosa que subir
vertiginosamente. Amenaza con arrollar irremisiblemente todas nuestras
defensas.
Ella, la reacción negra y sanguinaria, cínica y homicida, sádica y
obscena, se ha encaminado a gran carrera con las perspectivas de nuestras metas
para aterrar, aniquilar, incendiar, matar todo brote de resurrección.
Alrededor nuestro no hay otra cosa que brillar de bayonetas, fogonazos
y detonaciones de fusiles, cárceles abiertas de par en par para recibirnos y
enterrarnos vivos, patíbulos levantados para estrangularnos, el terror
diseminado por todos lados, matanzas cometidas hasta en el rincón más remoto,
violaciones al derecho humano escupidas en la cara de todos, en fin, la
destrucción más terrible nos circunda y nos va oprimiendo.
Estas líneas no son producto de una perturbación o borrachera. No
representan una alteración de los acontecimientos; no, solamente representan lo
que estamos constatando desde hace un tiempo y que no tendrá fin sino cuando
nos lancemos de cabeza contra todas las murallas del despotismo.
Agitar el espíritu humano, rebelarse en esta hora oscura, vengar a los
caídos bajo el peso de la barbarie y de la prepotencia burguesa, deben ser los
deberes constantes de cada revolucionario, hoy, mañana, siempre.
¡Tenemos en nuestro poder mil armas mucho más potentes que
aquellas adoptadas por el espíritu estatal; armas que nos pone en las manos la
química y la inteligencia individual; sólo debemos premunirnos de la más sutil
circunspección, de toda la suma de precauciones, desconfiar aún de nuestra
madre antes y después de haber obrado.
Podemos —si queremos— triturar la prepotencia de ellos bajo la
poderosa maza de nuestra santa ira, aplastarla y arrollarla con el alud de nuestra
rebelión.
¡Todo es bueno hoy en día!
Martillemos furiosamente todas las paredes de la opresión. Grabemos
con nuestras armas vindicadoras el grito de ¡Acción! en todas las murallas de la
defensa estatal.
Formemos y entretejamos en nuestra sangre y en nuestras fibras la
nueva conciencia rebelde que deberá hacer resurgir nuestra vilipendiada y
estúpida dignidad.
Elevemos con todas las fuerzas de nuestros seres la llama de la fe, la luz
del ideal, la virtud revolucionaria que han sido siempre las mejores esperanzas
de nuestro movimiento.
¡Y a accionar...!
¡Para vindicar a todos los caídos, para liberar a los amenazados por la
rabia de todas las reacciones...!
Tengamos siempre presente que los caídos, los mártires, los héroes, la
idea, sólo se honran con esta palabra: ¡ACCIÓN...!"

                                                                         Mario Vando (Severino Di Giovanni)

miércoles, 15 de junio de 2011

ORSINI conspiracy 3



"Para que la revolución social triunfe hay que destruir a toda esa raza de ladrones y asesinos que llamamos burguesía. Mujeres, viejos, niños, todos deben ser ahogados en sangre. En la lucha por la existencia entre dos elementos, para que uno quede en paz el otro debe desaparecer de arriba a abajo; si no, es vuelta a empezar. En nuestro caso se trata también de una exigencia imperiosa de la ley de la selección. Hay que purificar la familia humana y librarla de esa estirpe corrompida y malvada, podrida y cruel, que en la humanidad tiene la misma función que el diente venenoso en la vívora"

Pensiero e dinamite. 18/VII/1891

YA DISPONIBLE nuestro primer CD


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Desde hoy mismo tenemos disponible nuestro primer CD:
ORSINI "Hasta la total extinción de la burguesía".


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orsinilibertariathrashconspiracy@hotmail.com


Precio: 5 euros + gastos de envío (2 euros correo ordinario / 5 euros correo certificado)


Salud!

ORSINI "HASTA LA TOTAL EXTINCIÓN DE LA BURGUESÍA" - Hoja de PROMO



GRUPO:
ORSINI (Libertaria Thrash Conspiracy)

TÍTULO:
 “HASTA LA TOTAL EXTINCIÓN DE LA BURGUESÍA

SELLOS:
Orsini Records
Lengua Armada    
Potencial Hardcore
Víctimas del Progreso-Crímenes de Estado
Victim Records.

LANZAMIENTO:
Junio 2011

CONTACTO:
orsinilibertariathrashconspiracy.blogspot.com

 
Una bomba de Orsini es un artefacto explosivo esférico que en lugar de activarse mediante una espoleta  o un dispositivo de tiempo, se activa por contacto mediante unos dispositivos rellenados con mercurio fulminante que rodean la bomba, que explota al impacto.

          De quienes para si eligen un nombre como éste puede descartarse todo indicio de neutralidad, para cuanto menos intuir una clara y rotunda beligerancia tanto dialéctica como musical. Es precisamente esa dualidad la que marca y mejor define a esta nueva banda que ahora nos presenta su primer artefacto sonoro.

          Orsini (Libertaria Thrash Conspiracy) a lo largo de las quince canciones que componen este disco de título amenazante y seguro que también profético según su entender, no hacen sino confirmar dicha intuición. Y lo hacen desplegando todo un arsenal de ritmos trepidantes, solos veloces y voces furiosas. Música y mensaje parecen estar una vez más unidos por ese nexo que se revela ineludible para quienes, como ellos, encuentran en la primera el perfecto acomodo desde el cual poder lanzar sus incendiarias proclamas.
  
         Estamos fuera de toda duda ante un grupo conceptual, del mismo modo que también lo es el trabajo que ahora alumbra. Tanto su discurso musical como ideológico discurren por esa senda y contribuyen a su inclusión en dicha categoría. La retrospectiva domina y parece ser el elemento clave y fundacional de este grupo en todos sus aspectos. Es por ello que musicalmente reclama la pasada pero prolífica herencia de algunos de aquellos primeros grupos de thrash metal y hardcore surgidos en la década de los 80 del siglo pasado, interesados en dibujar un no siempre hipotético paisaje de terror, pánico y destrucción, todo ello en medio de un contexto de todavía Guerra Fría y amenaza nuclear entre otros peligros reales. Mientras que ideológicamente reivindica, y se sitúa en consonancia con aquellos capítulos y expresiones más virulentas, incluso realmente sangrientas y despiadadas, de un decimonónico y por tanto casi incipiente movimiento obrero.

          De esa combinación aparentemente imposible parte el concepto de esta banda cuyos verdaderos mentores e integrantes se ocultan bajo la máscara de esa misma historia a la que aluden y tratan de representar. De ahí la elección de pseudónimos, como parte de esa reivindicación atemporal de aquellos aspectos de nuestra historia más o menos reciente, los cuales parecen constituir el hilo argumental y la columna vertebral de este proyecto que ahora germina gracias en parte también a la implicación y la contribución de diferentes sellos que han creído en la originalidad y la proyección de este trabajo. Orsini Records, Lengua Armada, Potencial Hardcore, Víctimas del Progreso-Crímenes de Estado y Victim Records.

A. Souvarin

lunes, 13 de junio de 2011

ORSINI conspiracy 2


Declaración de *Emile Henry
Ante el Tribunal que lo condenó a muerte

"El juicio os ha demostrado que yo me reconozco autor de estos hechos. No es mi defensa la que quiero hacer; no pretendo, de ningún modo, esquivar las represalias de la sociedad, a quien yo he atacado, porque no reconozco más que un solo tribunal, mi conciencia; el veredicto de cualquier otro me es indiferente.

Quiero tan sólo explicar mis actos, y explicar también cómo fui arrastrado a cometerlos.

Soy anarquista desde hace poco tiempo, pues sólo desde 1891 me he lanzado al movimiento revolucionario. Viví primero en un ambiente impregnado por completo de la moral actual. Yo estaba acostumbrado a respetar y aun a amar a la patria, la familia, la autoridad y la propiedad. Pero los que educan a la generación actual se olvidan frecuentemente de una cosa, y es que la vida, con sus luchas y sus dolores, con sus injusticias y sus iniquidades, se encarga de abrir los ojos de los ignorantes a la realidad. Esto es lo que me ha ocurrido y les ha ocurrido a todos. Se me había dicho que la vida estaba fácil y generosamente abierta a la inteligencia y a la energía; mas la experiencia me demostró que sólo los cínicos, los viles y los rastreros logran un buen puesto en el banquete.

Se me había dicho que las instituciones sociales estaban basadas sobre la justicia y la igualdad, y yo no he visto en torno de mí mas que mentiras y bribonadas.

Cada día que pasaba me mataba una ilusión. Por donde quiera que iba, me saltaban a la vista testimonios de los mismos dolores sufridos por los unos, de los mismos deleites gozados por los otros. No tardé en comprender que las grandes palabras que me habían enseñado a venerar: honor, devoción, deber, eran máscaras que encubrían las más vergonzosas torpezas y liviandades.

El industrial que edifica una fortuna colosal con el trabajo de sus obreros, que de todo carecen, era una persona honrada.

El diputado, el ministro, cuyas manos están siempre abiertas para recibir el precio del soborno, eran los encargados de velar por el bien público.

El oficial que había probado el nuevo modelo de fusil, sobre dos niños de siete años, había cumplido su deber, y el mismo Presidente del Consejo de Ministros le felicitaba en pleno Parlamento.

Todo esto, que yo veía, sublevó mi espíritu, y lo indujo a criticar la actual organización social. Esta crítica se ha hecho ya muchas veces para que yo la repita. Mas bastará decir que me convertí en furioso enemigo de una sociedad que me parecía criminal.

Por un instante me incliné hacia el socialismo; pero bien pronto me aleje de él. Tenía yo demasiado amor por la libertad, demasiado respeto a la iniciativa individual, demasiada repugnancia a las corporaciones, para tomar un número en el ejército matriculado del Cuarto estado.

He llevado en la lucha un odio profundo, vivificado todos los días por el repugnante espectáculo de esta sociedad, donde todo es bajo, todo es asqueroso, todo es infame; donde todo se enfanga en las prisiones humanas, las tendencias generosas del corazón y el libre vuelo del pensamiento. Por todo esto, he querido castigar fuerte y justamente cuanto he podido.

De todas partes se espiaba, se perseguía, se arrestaba a capricho de la policía. Multitud de individuos eran arrebatados a sus familias y arrojados en las prisiones. ¿Qué sucedía a la mujer y a los hijos del compañero arrestado?

El anarquista no era un hombre, era una bestia feroz, a la que se daba caza en todas partes, y para la que, la casta burguesa, vil esclava de la fuerza, pedía en todos los tonos el exterminio.

Al mismo tiempo se secuestraban los opúsculos y periódicos de nuestro partido, y el derecho de reunión estaba violado.

Pues bien: si vosotros hacéis responsable a todo un partido de los actos de un hombre, y hacéis cuanto podéis por bloquearle, es lógico que nosotros descarguemos nuestro odio sobre la masa entera.

¿Deberíamos atacar sólo a los diputados que hacen las leyes contra nosotros, a los magistrados que las aplican y a los polizontes que nos arrestan? No lo creo. Todos estos hombres son instrumentos; no obran en nombre propio; son instituciones constituidas por la burguesía para su defensa, y, por tanto, no son más culpables que los demás.

Los buenos burgueses que, por no estar revestidos de ningún cargo especial, pasan su vida disfrutando los dividendos producidos por el trabajo de sus obreros, deben sufrir también su parte de represalias.

En esta guerra sin tregua que hemos declarado a la burguesía, no queremos ninguna piedad.
Nosotros damos la muerte y sabemos sufrirla, y por eso espero vuestro veredicto con indiferencia. Sé que mi cabeza no será la última que caiga, porque los muertos de hambre comienzan a interrumpir las calles que conducen a los Terminus y a los restaurantes Foyot; vosotros añadiréis más nombres a la lista sangrienta de nuestros muertos.

Ahorcados en Chicago, decapitados en Alemania, agarrotados en Jerez, fusilados en Barcelona, guillotinados en Montbrisson y en París, han muerto muchos de los nuestros, pero no habéis podido aniquilar la anarquía. Sus raíces son muy profundas; ha nacido en una sociedad putrefacta y que se desgaja y se derriba; es una reacción violenta contra el orden establecido, y representa las aspiraciones de igualdad y de libertad, con que venimos a batir en la brecha al autoritarismo actual. Es indomable, y concluirá por vencerle y matarle".




Émile Henry (Barcelona,1872 — París, 21 de mayo de 1894) fue un anarquista francoespañol responsable por dos atentados con bomba, el más conocido en el café del Hotel Terminus, en la Gare Saint-Lazere parisina donde murió una persona y quedaron otras veinte heridas. Aunque fue breve su participación en el movimiento anarquista, recibió mucha atención por sus actos, motivo de gran preocupación de la sociedad de la época.

jueves, 9 de junio de 2011

Portadas de los SINGLES de adelanto del CD ORSINI "Hasta la total extinción de la burgesía"



Portada del PRIMER SINGLE extraido de nuestro CD
Track:  "Hasta la total extinción de la burguesía"




Portada del SEGUNDO SINGLE extraido de nuestro CD
Track:  "Bendita dinamita" 



ORSINI conspiracy 1



"¡La fuerza! Cantemos a la fuerza. Ella es la madre de todo lo creado. Cantemos al puñal, cantemos al revólver, cantemos a la bomba. ¿Que son armas de destrucción? Si, pero destruyen el mal, destruyen la tiranía, destruyen lo que se opone a la práctica del bien: son las únicas que en estos tiempos han velado por la libertad, han contenido el brazo del verdugo, han contribuido a afianzar las conquistas progresivas. Odiemos la fuerza que mata, que destruye, que asola, sin que la finalidad entrañe más que el egoismo de los poderosos. Odiemos la guerra. La guerra es la misión del militarismo"
EL REBELDE. 20 de febrero de 1904


Extraido del libro "LA CIUDAD DE LAS BOMBAS. Barcelona y los años trágicos del movimiento obrero" de Miguel Ángel Serrano. Editorial TEMAS DE HOY (HISTORIA)

miércoles, 8 de junio de 2011

YA podéis solicitar nuestro nuevo CD a través de orsinilibertariathrashconspiracy@hotmail.com


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OLTC 

Adelanto de nuestro primer CD "Hasta la total extinción de la burguesía"


¡Salud!
Ya puedes escuchar a través de este blog dos canciones de las 15 que compondrán nuestro primer CD, que en breves fechas será publicado.

OLTC